Las Universidades CEU tienen como objetivo el éxito profesional de nuestro alumnado. Y para favorecer la empleabilidad y el desarrollo profesional, potenciar las conocidas como soft skills es fundamental.
Son atributos personales que van más allá de los conocimientos, y que nos permiten desenvolvernos con soltura en entornos cambiantes, colaborando con otras personas. Son transversales porque se puede desarrollar y resultan útiles en cualquier sector, puesto y también en la vida personal.
Están muy relacionadas con la inteligencia emocional y deben complementarse con las hard skills. Éstas apelan a los conocimientos adquiridos y al cociente intelectual, así como a la capacidad para ejecutar una tarea. Las blandas están en la línea de las habilidades sociales y la capacidad para relacionarse socialmente en distintos contextos, entre ellos el laboral.
La realidad es que estas competencias y habilidades son uno de los elementos más valorados en los candidatos, según el estudio sobre Tendencias de empleo universitario del observatorio JOB LAB CEU-Santander realizado en el 2015.
Con ellas crecen las posibilidades de contratación —no olvidemos que estarán muy presentes en los procesos de selección y entrevistas—, así como la movilidad una vez alcanzado el puesto. Un candidato con competencias blandas trabajadas tendrá mejores expectativas salariales. También se adaptará con mayor rapidez y aprovechará las oportunidades de aprendizaje en el mundo laboral, mejorando a cada paso.
Para destacar a ojos de los reclutadores, hay una serie de competencias que podemos optimizar a lo largo de todo el período formativo. El modelo educativo de las Universidades CEU ofrece ofrece una oferta académica pensada para el futuro. Pero, además, propone el desarrollo de competencias que redunden en un espíritu innovador, emprendedor y de liderazgo. Estas son algunas de esas soft skills tan demandadas en el mercado laboral actual:
En un mundo VUCA (de Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) en el que los cambios son constantes, así como la innovación y la competitividad, desarrollar las competencias trasversales debe ser prioritario.
Las soft skills son difíciles de plasmar en un currículum; pueden resultar abstractas. Por eso es útil la creación y desarrollo de la marca personal. Es una herramienta útil para transmitir estas capacidades, que se deben saber apuntalar llegado el momento de la entrevista.