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Las soft skills, más necesarias que nunca en el panorama laboral post-pandemia

En el contexto de la digitalización, y de camino a la denominada gig economy, se conforman como protagonistas la innovación, la creatividad, la gestión de la incertidumbre, la flexibilidad y la adaptación a los cambios. Pero, sin duda, la pandemia ha acelerado y consolidado tendencias que ya estaban en marcha, como es la transformación digital de las pymes, el teletrabajo en las grandes empresas y la venta online en la mayoría de sectores.

Esto es lo que prevén los expertos pero, si algo hemos aprendido las últimas semanas es que la realidad puede cambiar de un día para otro. Por eso, desarrollar las competencias blandas o soft skills es hoy más que nunca una inversión de futuro, puesto que son ya imprescindibles en cualquier puesto de trabajo. Las tecnologías cambian y caducan, pero las habilidades blandas no.

Las soft skills que mejorarán tu empleabilidad

Esas competencias transversales, como son la capacidad de adaptación, el pensamiento creativo, o la capacidad de trabajar en equipo ya eran, antes de la crisis, más valoradas por los reclutadores que la experiencia o la titulación. Pero, el nuevo contexto al que nos enfrentamos, exige que prestemos atención a:

  • Resiliencia: la capacidad de adaptación y superación de situaciones adversas, y hacerlo de manera positiva, con el el aprendizaje y la mejora en el punto de mira.
  • Tolerancia y gestión de la incertidumbre: para permitirnos innovar y aprender sin miedo al futuro ni ansiedad ante lo desconocido.
  • Cooperar a distancia: es ir un paso más allá del teletrabajo; la conexión de los equipos a través de Internet, desde distintas localizaciones y entornos culturales será más frecuente cada vez. Saber comunicar, tener empatía y manejar idiomas serán competencias muy demandadas.
  • Adaptabilidad: de la mano de la agilidad, y la adaptación al cambio, que será continuo y exigirá una formación constante.
  • Innovación y creatividad: encontrar soluciones innovadoras, tener apertura mental, búsqueda continua de ideas disruptivas.
  • Espíritu emprendedor: tanto para liderar cambios como para transformar las ideas en acción, con motivación, una buena gestión de los riesgos y la capacidad de administrar proyectos orientados a objetivos.

Pero, además, tenemos que asumir que algunos de los cambios que se han producido en las últimas semanas van a formar parte de nuestro día a día mucho tiempo. La creación de entornos laborales y personales centrados en la colaboración, la creatividad, el espíritu crítico y que den protagonismo a las personas y el planeta son fundamentales para la reactivación de la economía.

En este nuevo escenario, el modelo educativo de las Universidades CEU sigue encajando en un mundo aún más cambiante e incierto. Ofrecemos una formación integral que va más allá de los conocimientos y del currículo, potenciando el desarrollo del alumnado en todos sus planos y con los valores del humanismo cristiano como centro. Así, ambicionamos que cada estudiante dé lo mejor de sí mismo, convirtiéndose en agente del cambio en una sociedad necesitada de compromiso y valores. Sin duda, la capacidad de adaptarnos a los cambios y retos que vienen, y hacerlo de una forma resiliente, será una ventaja tanto a nivel personal como profesional.