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Procrastinar, una práctica perjudicial para la salud de los universitarios

Procrastinar es retrasar voluntariamente algo que debe hacerse, aun sabiendo que más tarde estaremos peor a causa de la demora y la culpabilidad. Este fenómeno es más común en personas jóvenes, especialmente en estudiantes que cursan estudios universitarios, ya que tienen altos niveles de libertad y baja estructura organizativa, lo que impone altas exigencias a su capacidad de autorregulación, cayendo en la procrastinación en múltiples ocasiones.

Un estudio realizado por expertos en la salud mental de la Universidad de Sophiahemmet, en Suecia, tenía como objetivo evaluar la asociación entre la procrastinación y los resultados de salud posteriores entre estudiantes universitarios en Suecia. Se quería comprobar si la procrastinación estaba relacionada con padecer depresión, ansiedad y estrés, así como con la soledad y la reducción de la satisfacción con la vida o problemas generales de salud física.

La investigación, publicada en la revista científica ‘JAMA Network Open‘, ha estudiado la procrastinación en una muestra de más de 3.500 estudiantes en tres momentos distintos, con el objetivo de evaluar si dicho acto se asociaba a peores resultados de salud.

Los investigadores seleccionaron la cohorte participante a partir de los datos del estudio Sustainable University Life (Vida universitaria sostenible), que realizó un seguimiento de los estudiantes universitarios suecos durante un año a través de encuestas por internet. Este estudio más reciente eligió a un conjunto de participantes de diversas disciplinas, aunque se limitaron a determinadas universidades suecas.

Tras las pruebas de referencia, se encuestó a los estudiantes en tres momentos distintos, incluido el noveno mes, que representaba un curso escolar completo. Los investigadores consideraron que ese periodo era «adecuado para que la procrastinación manifestara sus posibles asociaciones con distintos resultados de salud».

En la investigación, los científicos descubrieron que, aunque débiles, existían vínculos entre la procrastinación y una mala salud mental, física y financiera. Aunque la intervención podría no repercutir a gran escala en los resultados generales de salud de los estudiantes, los investigadores afirman que podría aliviar «pequeñas asociaciones».